Con el paso del tiempo, hay temas que comenzamos a comprender mejor. Por ejemplo, la relevancia de cuidar tu salud y la de tu familia, la importancia de dormir en un buen colchón que realmente mejore tu descanso o el hecho de que la terapia psicológica debería considerarse esencial en nuestra vida.
Estos y muchos otros aspectos solo se logran entender completamente con la experiencia que traen los años.
Uno de esos temas que en algún momento nos alcanza es nuestro futuro financiero. En México, para 2050, se estima que más de 33 millones de personas serán mayores de 65 años, es decir 23 de cada 100 personas.
Es probable que, para esa fecha, no formemos parte de la población económicamente activa. Considerando que la proyección de esperanza de vida de los mexicanos para ese año es de 79.4 años estaremos en una clara desventaja física y laboral y, por lo tanto, económica ante la población joven.
Los tiempos de dejar que nuestros hijos nos mantengan o que el gobierno nos beneficie con el 100% de nuestro sueldo como pensión al jubilarnos terminaron. Ahora, nos toca a cada uno hacernos cargo de nosotros mismos.
En concreto, todas estas cifras son importantes para tomar conciencia de la importancia que tiene prepararnos para nuestro retiro y que nuestro yo del futuro pueda estar tranquilo.
Ahora sí, hablemos de tu seguridad financiera
Hoy te quiero contar todo sobre cómo hacer un plan personal de retiro, pero primero entendamos el contexto sobre la situación del retiro en México. De acuerdo con la CONSAR2, el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), inició operaciones el 1 de mayo de 1992 y, más tarde, el 1 de julio de 1997, se introdujo el esquema de cuentas individuales, marcando un cambio en la forma de administrar los fondos de retiro.
Fue entonces cuando entraron a escena las famosísimas Afores: escuchadas por muchos, entendidas por pocos. Son las Administradoras de Fondos para el Retiro y fueron creadas con el objetivo de que cada trabajador tenga una cuenta individual, personal y única donde, a lo largo de su vida laboral, pueda acumular cuotas y aportaciones de su patrón, el gobierno y propias.
Todas esas aportaciones concuerdan con su salario base de cotización y se usan para financiar su pensión cuando llegue el momento de su retiro, pero ¿será que las aportaciones que hacemos en el Afore nos alcancen para mantenernos en nuestra vejez?
Siendo más específicos, el patrón, el trabajador y el gobierno destinan al Afore un 6.5% mensual del salario del trabajador. Así que ya puedes ir haciendo cuentas y ¡eso sí! siempre y cuando cotices en el IMSS, si eres emprendedor o trabajas de manera independiente, definitivamente tendrás que tomar otra alternativa de jubilación.
Y es aquí donde debemos preguntarnos: “¿existe alguna alternativa para complementar nuestros ingresos para el retiro?” La respuesta es ¡sí! Existen opciones como ahorrar voluntariamente para la Afore, a través de aportaciones deliberadas o la creación de un Plan Personal para el Retiro (PPR).
¿Qué es un Plan Personal para el Retiro?
Es una herramienta de ahorro e inversión que te permite construir un fondo personal para complementar los ingresos que recibirás al jubilarte.
Este plan complementa los ingresos que podamos recibir en el futuro a través de la Afore (si es que cuentas con una cuenta), brindándonos la tranquilidad de contar con una pensión digna al momento de la jubilación. Este instrumento se contrata de forma privada con alguna aseguradora que administre portafolios de inversión. Aunque existen varias opciones en el mercado es importante resaltar algunas ventajas en común de este producto:
- Beneficios fiscales: las aportaciones que hagas de manera mensual, semestral o anual son deducibles, diferidas o exentas de impuestos si así lo deseas.
- Proteges tu dinero contra la inflación.
- El portafolio que se crea va de acuerdo con tu perfil de inversionista, por lo que podrás invertir en instrumentos de renta fija o renta variable o un mix de ambos.
Pero ¿qué debes considerar al contratar un PPR?
- Evalúa tu capacidad de ahorro: Antes de empezar, es fundamental saber cuánto puedes destinar al ahorro sin afectar tu calidad de vida actual.
- Haz una proyección: Calcula cuánto dinero necesitas para vivir cómodamente durante tu retiro. Esto te ayudará a establecer el monto de las aportaciones y el plazo de tu PPR.
- Selecciona una aseguradora o fondo de inversión: Asegúrate de que la institución esté regulada por autoridades financieras y que ofrezca un portafolio adecuado para tu perfil de inversionista (renta fija, renta variable o una combinación).
- Lee las condiciones: Cada producto tiene sus propias características y comisiones. Verifica las letras pequeñas y asegúrate de entender completamente las condiciones.
- Empieza lo antes posible: La edad es un factor clave en los rendimientos que podrás obtener. Mientras más joven comiences, mayores serán los beneficios de tu inversión a largo plazo.
Mi consejo es que comiences con lo que puedas. En algunos instrumentos puedes iniciar tu ahorro con tan solo $1,500 pesos mensuales.
Para finalizar... ¡no te engañes! Basta de decir que lo revisarás mañana, que investigarás o empezarás a ahorrar más adelante. Estas son solo excusas que nos contamos a nosotros mismos. Muchas veces sentimos temor de iniciar una inversión a largo plazo debido a la desconfianza, la inseguridad o la incertidumbre, y es totalmente normal. Sin embargo, si no tomamos la decisión de ocuparnos de nuestro futuro hoy, el precio de nuestra indecisión puede ser muy alto mañana.
Por eso, te invito a tomar el control de tu futuro y comenzar a planificar tu retiro: ¡el mejor día para comenzar es hoy!