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El mes pasado se celebró el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, o Pueblos Originarios, y desde Bankaool tenemos que hacernos la pregunta: ¿en verdad existe una inclusión financiera, cuando no hay inclusión lingüística dentro de la banca?  

Según la ENIF (2024) el grupo poblacional con menor acceso a productos financieros son los hablantes de una lengua indígena, las personas que habitan en zonas de menos de 15 mil habitantes, y la población que se autoidentifica como indígena.

¿Qué significa una banca intercultural?

Según Concepto, los pueblos originarios son grupos sociales con una identidad étnica específica, cuya cultura local sobrevivió a la colonización y el dominio por parte de fuerzas extranjeras.  

Aunque los pueblos originarios habitan regiones distintas y cada uno conserva prácticas propias, comparten desafíos en común. La defensa de sus derechos, el territorio, la autodeterminación y la inclusión plena siguen siendo luchas vigentes.

Entre los obstáculos que enfrentan se encuentran la distancia a las sucursales, la desconfianza hacia el sistema bancario, las barreras lingüísticas y la falta de modelos financieros adaptados a sus realidades.

La inclusión financiera con enfoque intercultural significa adaptar los servicios financieros a contextos culturales diversos, respetando saberes, lenguas y formas propias de economía.

Economías vivas, saberes vigentes

Según Yasnaya Aguilar, a principios del siglo XIX se calculaba que aproximadamente el 65% de la población mexicana hablaba una lengua indígena, 300 años después del inicio del colonialismo español.  

Ahora, después de 200 años del inicio del Estado mexicano, solo el 6.5% de las y las personas mexicanas hablan una lengua indígena, y calcula que en cien años serán solo el 0.5%.  

Esta drástica disminución de hablantes de lenguas indígenas está ligada a una exclusión histórica. Durante décadas se ha priorizado el español en las instituciones: escuelas, hospitales y bancos, desplazando así el uso de las lenguas originarias en la vida cotidiana.

Inclusión financiera con raíces comunitarias

Por lo tanto, en Bankaool vemos urgente reflexionar sobre modelos más justos, sostenibles que reconozcan nuestra diversidad cultural. La desaparición de las lenguas indígenas también implica la desaparición de diversas formas de vida y, por lo tanto, de entender la economía y las finanzas.  

El trueque y el ahorro colectivo no son prácticas del pasado, sino expresiones vigentes de cooperación y resiliencia económica. Estas formas de organización fortalecen la autonomía de las comunidades y fomentan la confianza mutua.

Reconocerlas como legítimas implica entender que la inclusión financiera no debe sustituir estas prácticas, sino dialogar con ellas, potenciando lo que ya funciona y respetando las lógicas propias de cada pueblo.

No se trata solo de abrir una cuenta

La inclusión financiera suele medirse en términos de acceso, es decir, cuántas personas tienen una cuenta bancaria o una tarjeta, pero pocas veces se considera la inclusión lingüística y cultural.  

Para una persona cuya lengua materna no es el español, recibir asesoría en una sucursal puede sentirse excluyente. A largo plazo, esto no solo limita el acceso a los servicios financieros, sino que también erosiona la transmisión de lenguas originarias.  

Finanzas que hablan tu idioma

¿Cuánto del material financiero disponible está únicamente en español? Por ejemplo, las apps de bancos, contratos, información de productos que ofrecemos. ¿Cuántos productos están pensados solo para quienes dominan la lengua oficial, dejando fuera a millones de hablantes de lenguas indígenas?

Esto puede impedir entender un crédito, un contrato o sacar el máximo provecho de las herramientas digitales. En muchos casos, las personas se ven obligadas a dejar de usar su lengua materna para poder participar en el sistema financiero.  La verdadera inclusión debe construirse reconociendo la pluralidad de lenguas y culturas, no forzando su abandono.

Crear materiales en lenguas indígenas y reconocer otras formas culturales no es opcional: es la base para una inclusión financiera real. En un país tan diverso como México, esto es lo mínimo que podemos exigir para que la banca funcione para todas y todos.

Lo que aprendemos cuando escuchamos

Escuchar a las comunidades indígenas nos enseña que la banca necesita adaptarse a un ambiente multicultural.  

Las experiencias positivas surgen cuando las instituciones se acercan con apertura, reconociendo que cada comunidad tiene su propia lengua, tiempos y formas de entender el valor.  

Las brechas en el acceso a crédito, cuentas bancarias, educación financiera básica y herramientas digitales pensadas en otras lenguas son preocupantes.  

Es urgente replantear la forma en que hacemos finanzas y diseñar una banca innovadora que incluya todas las lenguas, no solo el español. Así podremos avanzar hacia una verdadera inclusión.  

La diversidad no es un obstáculo: es la oportunidad para reinventar una banca que funcione para todas las personas.

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