Las remesas en México representan algo más que dinero: son actos de amor, compromiso y esperanza que conectan a millones de migrantes con sus familias.
Cada mes, quincena o semana nuestros paisanos que están en Estados Unidos envían parte de su arduo trabajo de vuelta a casa. Un esfuerzo constante y poderoso para dar un mejor futuro a los suyos.
No es casualidad que en 2023 México captó el 10% de las remesas globales, posicionándose como el segundo país con más remesas a nivel mundial.
Qué son las remesas y cómo impactan en las familias mexicanas
Antes de continuar, si aún te queda duda de qué son las remesas, acá te explico:
Es el dinero que envían los mexicanos que viven en Estados Unidos —o cualquier otro país— a sus familias en México. Ese dinero ayuda a nuestra economía nacional y es el fruto de su trabajo incansable.
Seguramente conoces a alguien con familia en el gabacho que manda dinero acá a México.
Continuando con los datos, en 2024 se realizaron 164.7 millones de envíos de dinero hacia México. Cada uno tuvo un promedio de $293 dólares, lo que equivale a cerca de $7,400 pesos mexicanos —según el tipo de cambio—.
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Remesas y apoyo familiar: cómo ayudan a los hogares mexicanos
Detrás de esas estadísticas, hay historias familiares reales y muchos sueños por cumplir. Las remesas representan un apoyo familiar invaluable.
Y si te preguntas, ¿en qué se usan las remesas que llegan a México? La respuesta es en necesidades básicas y proyectos que cambian vidas:
- Alimentación y gastos básicos: muchas familias usan las remesas para cubrir comida, ropa y artículos indispensables.
- Educación y salud: padres y madres mandan dinero para pagar la escuela de sus hijos y para gastos médicos como medicinas, consultas o tratamientos.
- Mejoramiento de vivienda: ¿quién no ha escuchado que alguien se fue para echarle otro piso a su casa? Con remesas, muchas familias construyen, amplían o mejoran sus hogares.
- Emprendimientos y ahorros: algunas familias invierten en pequeños negocios o guardan ese dinero para el futuro.
El impacto de las remesas en México en los hogares mexas es muy grande. Ese dinero que llega cada mes ayuda a salir adelante, evitar carencias extremas y, poco a poco, mejorar la movilidad social.
La migración mexicana: sacrificio y esperanza detrás de cada envío
Según datos de 2024, de los 12 millones de mexicanos que están en Estados Unidos dos de cada tres son indocumentados.
Se van al otro lado con la esperanza de un futuro mejor para sus familias y arriesgan mucho en el camino.
Con lo que ganan allá deben cubrir sus propios gastos y apartar una cantidad significativa para enviarla a México. Ese envío constante es un acto de responsabilidad, solidaridad familiar y ganas de salir adelante.
Las voces detrás de la migración
Dos amables mexas, nos contaron su historia sobre cómo es estar del otro lado:
Mi esposo lleva más de 20 años allá. Yo también fui y sé lo que es partirse el lomo trabajando de sol a sol para ganar y mandar dólares. Me regresé porque mis hijos ya estaban agarrando mal camino, los dejamos solos desde chiquitos. Extraño mucho a mi esposo, pero ¿acá de qué vamos a vivir si todo está bien difícil y cada día más caro? Mejor que trabaje otros años y acá lo vemos pronto. Total, ya construimos nuestra casa de dos pisos y nuestros hijos ya se lograron. —Petra Ocampo, madre y encargada del hogar. 57 años.
Llevo más de 17 años de este lado. Y la verdad me sigo sintiendo extraño. A pesar de que vivo acá no sé inglés, pero lo bueno es que para todo hay quien sepa español. Sigo aquí porque quiero juntarme otro poquito antes de devolverme para México. Gracias a que estoy acá le di estudios a mis hijos y construí mi casa, pero a veces me pregunto si se acuerdan de mí. Y aunque hacemos videollamada, no es lo mismo a darles un abrazo. —Carlos Morales, inmigrante y jardinero. 59 años.
Estos son tan solo dos testimonios de la dura realidad migrante en Estados Unidos. Detrás de cada envío hay miles de historias de valentía y resiliencia que merecen ser contadas.
Más que remesas son unión familiar y movilidad social
Las remesas son un lenguaje de amor, unidad y esperanza. Más allá de su utilidad financiera, son un lazo invisible que une a quienes partieron en busca del sueño americano con quienes se quedaron México.
Cada depósito acorta la distancia y cada envío es un recordatorio: “No me olvido de ustedes, los quiero y los extraño”.
En las cifras hay un mapa de esperanza
En 2024, 37.7% de las remesas enviadas a México llegaron a (ordenados según el número de remesas recibidas): Michoacán, Guanajuato, Jalisco, San Luis Potosí, Zacatecas, Durango, Aguascalientes, Nayarit y Colima.
Estas cifras no son solo estadísticas. Son señales de comunidades enteras que dependen de ese esfuerzo constante de sus migrantes.
Remesas que transforman el futuro
Con el tiempo, las remesas pasan de ser apoyo inmediato a convertirse en una ayuda para la movilidad social. Gracias a ellas, muchas familias comen mejor, acceden a educación de mayor calidad y a un techo seguro.
Las historias de éxito en comunidades rurales suelen empezar así: con una remesa que se invierte en un negocio familiar o que se invierte en la educación de un hijo que, años después, se convierte en profesionista.
Las raíces de un México que crece
Cada remesa es una semilla que echa raíces en la vida familiar: alimenta, educa y construye un futuro más próspero.
Con el tiempo, esas semillas florecen en movilidad social y oportunidades que fortalecen a las comunidades. Este crecimiento colectivo es lo que define a un México Aliado como un país que quiere seguir floreciendo.