No podemos hablar de la psicología del dinero y cómo nuestro contexto influye fuertemente a nuestras finanzas sin invitar a Morgan Housel a la conversación. Housel es un importante analista económico y un experto en finanzas conductuales.
Desde las primeras páginas de su libro: “La psicología del dinero”, comienzas a entender de que el entorno, las condiciones económicas familiares y el contexto socioeconómico —es decir, todas las experiencias, ya sean buenas o malas, que se tuvieron con el dinero durante la infancia y la adolescencia— influyen emocionalmente en las decisiones financieras que se toman cuando ya somos adultos.
Nada es casualidad o destino cuando de finanzas se trata
Tómate un momento para recordar tus primeros años de infancia y adolescencia. Pregúntate, ¿qué me dijeron mamá y papá cuando pedí el juguete de moda? Haz memoria sobre cómo eran las conversaciones respecto al dinero. ¿Había discusiones porque no alcanzaba? ¿Mamá y papá debían tener más de un trabajo? ¿O si había dinero, se gastó todo y de repente dejo de haber? ¿O probablemente en casa había una cultura del ahorro y la previsión, y siempre hubo seguridad financiera? Estas son algunas preguntas que pueden decirte mucho sobre tus experiencias respecto al dinero.
Llevar al dinero al diván
¿Qué pasaría si lleváramos al dinero al diván? ¿Cuántas cosas nos diría? ¿Qué cambiaríamos? ¿Cuáles serían nuestras nuevas decisiones y nuestro comportamiento financiero? ¿Realmente estaríamos dispuestos a movernos de ahí?
Por supuesto, nuestro entorno influye más que nuestros conocimientos en el uso que le damos al dinero, lo que incluye el gasto, el ahorro y la inversión. Pero ¿lo determina? La respuesta no es simple. Como en muchas preguntas complejas, la respuesta es sí y no, o como dirían los economistas: depende.
Desarrollemos esta última respuesta. Partimos de que las experiencias influyen en la visión, las creencias que tenemos sobre el dinero y en las decisiones que tomamos respecto él. Morgan Housel nos dice que las experiencias personales con el dinero constituyen tal vez un 0,0000001 % de lo que ha sucedido en el mundo, pero quizás el 80% de cómo piensas que funciona el mundo (2021: 26). Sería poco racional pensar que las cosas son así y así se deben de quedar, porque siempre hay oportunidades para cambiar nuestro sistema de creencias respecto al dinero y nuestras decisiones financieras.
Se dice que al día tomamos más de 35 mil decisiones y solo somos conscientes del 1% de ellas ¿Acaso el 99% de ella son emocionales? Dan Ariely, en “Las trampas del deseo” (2008), nos dice que los seres humanos, no sólo somos irracionales, sino previsiblemente irracionales; es decir, nuestra irracionalidad se produce siempre del mismo modo una y otra vez. ¿Qué pasaría si comenzáramos a conectar con nuestras decisiones financieras? ¿Podríamos cambiar nuestras experiencias financieras por unas nuevas?
Las personas que han tenido la oportunidad y el privilegio de ir a terapia descubren que cumplen y reproducen ciertos patrones familiares, pero no son conscientes de ello hasta que empiezan a hablar sobre el tema. Lo mismo sucede con el dinero: muy pocas personas hablan de dinero en casa, y aunque gobierna el mundo, sigue siendo un tabú. Entonces, cuando crecemos, nos enfrentamos a situaciones financieras para las que la mayoría de las personas no están preparadas emocional y financieramente, aumentando las posibilidades de hacer un garabato de sus finanzas personales a partir de su comportamiento respecto al dinero.
Pensar y sentir distinto, hacer las cosas distintas
La mayoría de las personas que comienzan a invertir y que durante toda su infancia nunca se habló de dinero, mucho menos de inversiones, para ellas significa un movimiento arriesgado, aunque sean inversiones de bajo riesgo como los CETES.
Al principio no dejarán de abrir su aplicación de manera recurrente solo para revisar que todo se encuentre en orden, y es algo normal. Conforme pasa el tiempo, seguramente revisarán su aplicación con menos frecuencia, porque construyeron nuevas experiencias financieras. Quizás después valoren la posibilidad de investigar e invertir en otros productos de inversión. También existe la posibilidad de que se queden ahí, y eso está bien.
Ya lo decía calle 13, en su canción “La vuelta al mundo”:“Si quieres cambio verdadero, pues camina distinto".
Y por supuesto que no es fácil. Es un trabajo de todos los días, ya que nuestras decisiones financieras no se limitan solo a si decidimos invertir en la bolsa, el único dinero que tenemos o arriesgarnos a comprar bitcoin sin tener el conocimiento necesario de cómo funciona. También tienen que ver con decisiones financieras cotidianas como elegir entre comprar el café con mi nombre o el que cuesta 20 pesos menos, entre pararme a hacerme de cenar o pedir unas deliciosas o frías sincronizadas por delivery.
Es complejo decirle todos los días al cerebro que queremos tomar decisiones financieras con más pausa y no rápidamente y fácil. No estamos acostumbrados a tomar decisiones racionales y hacer las cosas financieramente distintas, requiere de compasión, gentiliza interna y de mucho valor.
Por eso te recomendamos que comiences con 3 sencillos pasos:
- Comienza a cambiar aquellas tus decisiones financieras más inmediatas. Por ejemplo, establece una cantidad de dinero gastarlos fines de dinero y en la medida de lo posible, hónrala.
- Repítelas constantemente. Esto te ayudará a generar nuevos hábitos financieros. Recuerda que la constancia es la clave.
- Establece una decisión financiera de mediano plazo. Por ejemplo, comienza a separar una cantidad de dinero de manera constante para lograr una meta.
¿Qué otra cosa podrías hacer para cambiar tus experiencias actuales sobre el dinero?