En todos lados vemos que las finanzas personales son como Luis Miguel en los años noventa: todo mundo habla de ellas y quiere ser parte del boom. Pero, así como “El sol” que tiene una vida llena de secretos, lo mismo sucede con las finanzas.
En Bankaool no nos resistimos a quedarnos con la duda y nos dispusimos a quitar las interrogantes.
Finanzas personales a diario
La economía personal o finanzas personales son más que un concepto; son la cotidianidad de nuestro día a día y entorno. Se trata de cómo administramos nuestro dinero. Es algo que siempre ha sido parte de nuestra vida, de nuestrxs antepasados, y desde que existe el dinero han estado presentes las finanzas personales.
Detente un momento para pensar que la manera en que lxs abuelxs de tus abuelxs administraron los recursos de su época, probablemente te esté impactando hoy en día. Por ejemplo, si en casa de tus bisabuelos los recursos se administraban de manera estricta y la bisabuela tenía que separar el dinero en sobres —para hacerlo rendir, porque no alcanzaba el dinero o porque al bisabuelo no le pagaban a tiempo en su trabajo—, lo más probable es que en tu familia sea importante la gestión del dinero.
Para tener unas finanzas personales saludables, hay que practicar mucho y cuando hay conocimiento familiar previo puede ser mucho más sencillo.
Todos los días tomamos decisiones financieras para administrar nuestro dinero, las personas lo hacen de maneras diferentes y pueden tener efectos positivos o negativos en su patrimonio.
La forma en que distribuimos nuestros gastos puede convertirse en un dolor de cabeza o en nuestra tranquilidad.
Así que la pregunta justa no es entender qué son las finanzas personales, sino cómo administro mejor mis ingresos. Así sentamos las bases para tener una salud financiera.
De acuerdo con el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el bienestar o salud financiero es la capacidad de una persona o familia de gestionar sus obligaciones financieras actuales y sentirse segura de su futuro financiero.
El dinero es importante, habla de él
No podemos hablar de administración de nuestros ingresos sin hablar de dinero. Aunque vivimos en un mundo de avances en la banca digital, de transacciones financieras cada vez más rápidas y de democratización de los servicios financieros, sigue siendo un tabú hablar de dinero.
Esto no significa que debas revelar tu información financiera a todo el mundo, pero sí que puedas sentarte en casa y hablar sin tapujos de cómo se administra el dinero que entra en ella. Hablar de dinero en casa puede salvar tus finanzas y tus relaciones personales. Aquí te dejamos una lista de preguntas para conversar en casa o contigo mismo si no compartes decisiones financieras con nadie.
- ¿Conoces con exactitud cuáles son tus ingresos y gastos mensuales?
- ¿Ahorras de manera periódica para lograr una meta?
- ¿Conoces el total de tus deudas y cuánto dinero destinas al pago de ellas mensualmente?
- ¿Cómo vamos a dividir los gastos y las responsabilidades del hogar?
- ¿Cuáles son tus objetivos financieros?
- ¿Te preocupa no poder pagar tu tarjeta de crédito a tiempo?
- ¿Aportarías mensualmente una cantidad de dinero para una meta?
- ¿Cuentas con un fondo de emergencia o un ahorro para imprevistos?
- ¿Te gustaría contratar un seguro de vida o de gastos médicos mayores?
- ¿Tienes alguna inversión o estás pensando en tenerla?
Probablemente no tengas todas las respuestas o no habías pensado en algún producto financiero que te proporcionara bienestar a ti y tu bolsillo, así que también es un ejercicio para darle Flow a tu dinero.
Nunca dejes de aprender: Tu mejor poder es la educación financiera
Las finanzas personales son un ejercicio de decisiones financieras cotidianas, como las emociones rutinarias, y a pesar de ello seguimos siendo unos novatxs en la administración de nuestro dinero. Cuando se tiene educación financiera es más probable cambiar comportamientos financieros y pensamientos respecto al dinero.
Los efectos a mediano y largo plazo son mayores, ya que permiten una inclusión financiera más sólida e integral, pues no solo se trata de tener productos financieros como una cuenta bancaria para el ahorro o una tarjeta de crédito, sino que contribuyan a la movilidad social.
La movilidad social es el cambio en la condición socioeconómica de las personas. Dicho cambio puede implicar mejoras o retrocesos en riqueza, educación, ocupación, ingresos, salud, entre otras dimensiones sociales y económicas. —CEEY
La educación financiera trata de desarrollar conocimientos financieros e incrementar actitudes financieras —ahorro, inversión, créditos— a favor de nuestra economía. El impacto que tiene en nuestra vida en el presente y los efectos en el futuro resultan prioritarios.
Existen muchas reglas financieras, que parecen que fueron escritas en piedra, como la del presupuesto 50/30/20. Estas no piensan en el nivel de ingresos o el contexto de cada persona y parece que son inamovibles. Esto puede ser práctico y funcional para algunas personas, pero no siempre resulta fácil para todas.
50% Necesidades
30% Deseos
20% Ahorros
Supongamos que una persona quiere cambiar la organización de su dinero. Si tuviera que administrar sus ingresos con esta regla, posiblemente sería complicado y abandonaría el deseo de comenzar a ahorrar, porque pensaría que no es capaz, ya que no siempre es fácil o posible separar el 20%, pero qué pasaría si pudiera adecuar y cambiar la regla a sus necesidades y capacidades financieras. ¿Crees que le resultaría más práctico y sencillo?
Piensa un momento en tu situación financiera, compártenos la regla con la que podrías comenzar a organizar mejor tu dinero.