En México, la educación financiera se aprende a prueba y error: con los consejos de la abuela, las tandas de la oficina o las historias de quienes se endeudaron y salieron adelante.
Nuestro país es un mosaico de historias. Cada uno se las ingenia para estirar la quincena, sobrevivir a la cuesta de enero o juntar para el gasto. Pero ¿qué tanto sabemos sobre cómo manejar nuestro dinero? ¿Y cómo nos pega eso como país?
Cómo está la educación financiera en México
Antes, hablar de dinero en casa era casi pecado. La pandemia de 2020 reveló la cruda realidad financiera: muchos no sabían cómo cubrir gastos ni manejar deudas.
Negocios cerrados, despidos, tarjetas hasta el tope y recibos acumulados. En ese momento, más de uno dijo: “¡Chin!, ¿y ahora qué hago?” Y fue ahí cuando la educación financiera empezó a verse como un salvavidas.
Lo bueno es que no nos quedamos cruzados de brazos y esto se nota en los números: según la Encuesta Nacional de Educación Financiera 2024 la población con al menos un producto financiero pasó del 68% en 2015 al 77% en 2024.
Además, el 71.5% aseguró haber recibido algún consejo sobre cómo manejar su dinero y casi siempre por parte de la familia. Dos de cada tres dicen que les vendría muy bien tomar un curso de educación financiera, para no regarla con su lana.
Porque tener una cuenta no basta. La inclusión financiera real se trata de saber usar lo que tienes, tomar buenas decisiones y no vivir al día.

Según los números vamos mejorando
Los mexicanos cambiamos, nos adaptamos y buscamos la manera de salir adelante. Y para muestra, estos datos de la ENIF 2024 vs. 2018 que nos pintan un panorama más claro (y también más crudo).
Más personas con productos financieros
Cada vez más usamos la banca para pagar las cuentas, hoy el 70.9% de quienes tienen una cuenta la usan para pagar. En 2018, eran solo 63.8%. Eso quiere decir que cada vez más personas le están entrando al mundo digital para pagar la luz, el súper, etc.
Menos personas comparan productos financieros antes de contratarlos (bajamos de 28.9% a 27.9%). Seguimos firmando sin leer las letras chiquitas y sin revisar más opciones.
La brecha en la bancarización en zonas urbanas y rurales creció. Pasamos de 15.1 a 18.3 puntos porcentuales. No es lo mismo tener un banco o cajero en cada esquina que buscar un cajero a tres pueblos de distancia.
Hoy en día, menos mujeres tienen accesos a productos financieros, tan solo en estos años esta brecha creció 2.4 puntos porcentuales. Aquí urge meterle turbo a la inclusión para que todas y todos tengamos las mismas oportunidades.
¿Cómo ahorramos los mexas?
Los mexas somos bien ahorradores, o al menos le echamos ganas. Según la ENIF, 64.2% de la población ahorra parte de sus ingresos.
La mayoría sigue con la técnica de la abuela: guardar el dinero en casa (70.2%). Mientras que otros usan bancos o instrumentos financieros formales (55.8%). Y claro, las tandas siguen siendo parte del día a día del MEXAhorro, sobre todo entre jóvenes y en el mundo godín.
¿Y para qué ahorramos?
- Emergencias o imprevistos 🚑
- Comida, gastos personales o servicios 🥑
- Comprar terreno o un carro 🏡
- Empezar un negocio 🎊
- Educación de los hijos 🏫
- Celebraciones 🥳
Esto demuestra que el ahorro no es un lujo, sino una necesidad diaria. Pero también deja claro que mucho del ahorro en México sigue siendo informal, lo cual puede ser riesgoso cuando llega una emergencia.

Quién se queda fuera: desigualdad, género y región
En el mundo del dinero, no todos jugamos con las mismas cartas. Algunos tienen una baraja completa (con cuenta, tarjeta, app y hasta inversión), y hay quien sigue jugando con fichas prestadas. Y no es porque no quieran, sino porque el nivel educativo, la región donde viven y hasta su género les pone más trabas que ventajas.
Inclusión financiera por región
- Norte-occidente: el 69% tiene acceso.
- Centro y centro-norte: casi la mitad sin acceso (49% y 54%).
- Sur: 7 de cada 10 sin acceso a productos financieros.
Eso significa que dependiendo de dónde naciste o vives, tienes más o menos posibilidades de acceder a herramientas que podrían cambiar tu vida.

La brecha de género pesa
El asunto no se queda ahí. Las mujeres también llevan desventaja en el acceso a productos financieros:
- En regiones como el centro del país, mientras 49% de los hombres no tiene inclusión, en mujeres la cifra sube a 58%.
- En el sur, la cosa se complica más: solo 25% de las mujeres tienen acceso a productos financieros, comparado con 35% de los hombres.
Y no es por falta de ganas. Muchas mujeres administran el hogar, ahorran e incluso emprenden, pero no tienen productos formales que les respalden o les den oportunidades reales de crecer su lana.
Lo que el dinero nos enseñó en casa
Gran parte de lo que sabemos de dinero lo aprendimos en casa: ahorrar “por si acaso” y desconfiar del crédito. Pero pocos nos enseñaron sobre inflación, inversiones o comisiones bancarias.
La educación informal nos dio bases, pero también miedos: miedo a endeudarse, a equivocarse, a meter la pata con el banco. Y con miedo, no se construye libertad financiera.
Por qué confiamos (o no) en los bancos
Hoy, solo 6 de cada 10 personas confían en que su banco cuida su dinero, ¿por qué? Porque muchas veces nadie nos enseñó cómo funciona. Si no sabes qué te están cobrando o cómo usar una cuenta, es normal que desconfíes. O que ni te acerques.
Por eso, 36% dice que no tiene cuenta porque “no la necesita” (aunque quizá no sabe cómo podría ayudarle). Otro 30% no la usa porque no le alcanza.
Y hay quien prefiere la tanda o el colchón: ya no confía o tuvo malas experiencias.
La confianza no solo depende del banco. También depende de qué tanto entendemos el sistema. Por eso, educarnos en finanzas es también tomar el control.
Mejor educación financiera para todos
Tenemos broncas claras: gastamos de más, confiamos poco en los bancos y algunas costumbres viejas no ayudan. Pero lo que manda son las ganas de aprender y romper ese ciclo.
Muchos buscamos ahorrar sin sufrir, invertir sin miedo y ganar más libertad con nuestro dinero. El reto es de todos: las instituciones deben ofrecer productos claros y accesibles, y nosotros ponerle empeño.
La educación financiera es la llave. Talleres, videos o pláticas ayudan, pero también es útil contar con datos que muestren cómo estamos como país. Por eso, adjuntamos un resumen con cifras recientes de México, que revela cómo la población ahorra, gasta y accede a servicios financieros. Descarga el PDF con toda la información. 😉
No te quedes atrás. Pregunta, aprende y avanza.